Recuerdo que seguí a una enfermera de cuidados paliativos y me sorprendió el cuidado y la compasión que mostraba a las familias y los pacientes. Me asombró la colaboración con los miembros del equipo, la autonomía que tenían y la flexibilidad. Pensé que me gustaría ser enfermera de cuidados paliativos y trabajar en hogares.
En aquel entonces, nunca había trabajos disponibles en la oficina de Frankfort. Lo intenté varias veces cuando surgía algo, pero en ese momento no tenía suficiente experiencia. No me rendí, ya que mi meta era ser enfermera de hospicio.
Finalmente, dejé la enfermería psiquiátrica, trabajé en atención a domicilio, obtuve experiencia y volví a aplicar. Recuerdo mi entrevista, solo quería que alguien me diera una oportunidad. En 2015, me contrataron como enfermera de guardia. Una de las mejores cosas de este trabajo en BCN es la capacidad de crecer y pasar a otros roles. Más tarde, pase a un puesto de administradora de casos, donde trabajaba con un equipo y prestaba servicios de atención, apoyo y control de síntomas a las familias. Luego, pasé a un rol de enlace con los hospitales, en el cual educaba a las familias sobre los servicios de cuidados paliativos, apoyaba y preparaba la atención de cuidados paliativos en casa, brindaba atención a aquellos que no tenían una condición lo suficientemente buena como para llegar a casa y abogaba por el control de los síntomas en los hospitales. Hace poco pase al puesto de supervisora de Enfermería para la oficina de Frankfort y me siento honrada de desempeñar este nuevo puesto.